Como piensas y sientes, vives!

Como es fuera es adentro
Como es arriba es abajo
Lo que crees, creas

Todo lo que experimento refleja mi estado de conciencia

Miramos con nuestra mente:  Aunque los ojos nos permiten ver el mundo a nuestro alrededor, es el cerebro, que es como el jefe de la percepción, el que decide cómo entendemos lo que vemos.

La diferencia entre percibir, interpretar y sentir  es muy pequeña. Estos procesos suceden casi al mismo tiempo. Esto significa que no vemos el mundo de una manera totalmente objetiva. En cambio, a través de una especie de filtro mental, es que interpretamos y damos sentido a todo lo que vemos.

“Imagina que estás en una calle oscura y ves una sombra al final de esta. Tus ojos te muestran una algo y tu cerebro, basándose en tus experiencias anteriores, podría interpretarla como una persona o situaciòn peligrososa, lo que hace reccorrer el miedo por todo tu cuerpo; hasta que defines que solo es la sombra.

En este caso, es tu cerebro, más que tus ojos, el que controla cómo percibes y reaccionas emocionalmente a lo que ves, ya que su trabajo es mantenerte a salvo y seguro.

Nuestra psique almacena información proveniente de experiencias vividas, ya sean de etapas tempranas de la vida o memorias heredadas de la familia y la cultura. Cuando no somos conscientes de esta información, corremos el riesgo de actuar de manera automática, sin comprender completamente el porqué de nuestras acciones, reacciones y conductas.

Esta información incide directamente en nuestra percepción y construcción de la realidad. En otras palabras, cada uno de nosotros está continuamente interactuando con su propia mente, manifestando esa interacción en el mundo que nos rodea.

Para saber cómo funciona podemos pensar en ella como un sistema operativo autónomo que actúa de manera muy similar al de un ordenador. En él encontramos información en forma de programas que se ejecutan de forma automática y en un segundo plano.

Transforma tu mente y transformaras tu vida

 Ejemplos del poder de la mente

 Cuando tienes un pensamiento tienes una reacciòn inmediata: 

  • Si piensas en comer, tu estómago retumba
  • Si piensas en sexo, te excitas
  • Si piensas en algo lindo, se dibuja una sonrisa
  • Si piensas que olvidastes algo, se frena tu respiraciòn
  • Si piensas que corres peligro, tu corazòn late a mil

 

A veces vamos en piloto automático y distraídos, mientras nuestra mente va divagando en sus propios traumas pasados o futuros, juzgando, criticando o lo peor aún criticandonos a nosotros mismos. Esto nos provoca una baja la autoestima, se instala la tristeza, miedos, desconexiòn del momento presente y emocionaL

Hay que estar muy  atentos a lo que la mente nos propone en cada momento.

 Analizar nuestros comportamientos, actitudes  y asumir la responsabilidad de nuestra propia experiencia de vida implica observarnos de manera reflexiva, reconociendo que lo que vemos afuera actúa como un espejo de nosotros mismos.

Este proceso incluye cuestionar nuestra percepción y nuestras "verdades" para explorar otros puntos de vista y distintas maneras de entender y vivir nuestras experiencias.

A pesar de que suele surgir resistencia al poner en duda lo que creemos, es precisamente al hacerlo que podemos superar nuestras limitaciones. La autoindagación nos empuja a salir de nuestra zona de confort, soltar lo que nos brinda seguridad y aventurarnos hacia la incertidumbre.

Cuando asumimos la responsabilidad de nuestra experiencia de vida y bienestar en cada situación, abandonamos la definición rígida de lo posible y lo imposible, de lo que debería o no suceder. Al soltar el control, nos abrimos a nuevas posibilidades.